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ERS-2 in the cleanroom
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El satélite Heritage ERS-2 volverá a entrar en la atmósfera terrestre tras finalizar su vida útil

05/02/2024 1251 views 3 likes
ESA / Space in Member States / Spain

A lo largo de sus dieciséis años de vida útil, el segundo satélite europeo de teledetección, el ERS-2, nos proporcionó una gran cantidad de información que revolucionó nuestra perspectiva de nuestro propio planeta y la comprensión del cambio climático. Además de dejar un notable legado de datos que siguen contribuyendo al avance de la ciencia, esta extraordinaria misión sentó las bases de muchos de los satélites actuales y de la posición de la ESA a la vanguardia de la observación de la Tierra.

En 2011, la ESA retiró el ERS-2 y comenzó el proceso de reentrada controlada del satélite (deorbiting). Ahora ha llegado el momento de que este satélite pionero vuelva a entrar en la atmósfera de forma natural y comience a desintegrarse.

El ERS-2 se lanzó en 1995 siguiendo los pasos de su satélite hermano, el ERS-1, lanzado cuatro años antes.

En el momento de su lanzamiento, los dos ERS eran los satélites de observación de la Tierra más sofisticados jamás desarrollados.

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ERS satellites
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Ambos satélites llevaban un impresionante paquete de instrumentos que incluían un radar de abertura sintética de imágenes, un altímetro de radar y otros potentes sensores para medir la temperatura de la superficie oceánica y los vientos en el mar. El ERS-2 disponía de un sensor más para medir el ozono atmosférico.

Estos innovadores satélites de la ESA recopilaron una gran cantidad de datos sobre la disminución del hielo polar, los cambios en la superficie terrestre, el aumento del nivel del mar, el calentamiento de los océanos y la química atmosférica. Además, se utilizaron para vigilar catástrofes naturales, como graves inundaciones y terremotos en lugares remotos.

Las diversas tecnologías pioneras de los ERS sentaron las bases para misiones posteriores como la misión Envisat, de enorme éxito, los satélites meteorológicos MetOp, la actual familia de misiones de investigación científica Earth Explorer y los Copernicus Sentinels, así como muchas otras misiones de satélites nacionales, allanando el camino para las observaciones rutinarias que hoy damos por sentadas.

Greenland ice-sheet from ERS, Envisat and CryoSat missions between 1992 and 2016
Greenland ice-sheet from ERS, Envisat and CryoSat missions between 1992 and 2016

Por ejemplo, el radar de los ERS fue el precursor del radar de la actual misión Copernicus Sentinel-1, el altímetro de radar proporcionó su legado al sensor de la misión CryoSat Earth Explorer para cartografiar los cambios en el espesor del hielo y el radiómetro de los ERS pervive en la versión que lleva Copernicus Sentinel-3.

El experimento de vigilancia del ozono mundial (GOME) del ERS-2 fue el precursor de Sciamachy en Envisat y de GOME-2 en MetOp.

Cuando se lanzó el ERS-2, la noción de cambio climático era mucho menos apreciada y comprendida de lo que es hoy, pero las misiones ERS proporcionaron a los científicos los datos que nos ayudaron a empezar a entender el impacto que los humanos están teniendo en el planeta.

Se han publicado miles de artículos científicos basados en datos de los ERS y, gracias al programa espacial Heritage de la ESA, que garantiza que los datos de los satélites ahora inactivos sigan mejorando y utilizándose, seguirán surgiendo más hallazgos sobre nuestro mundo en constante transformación y los riesgos a los que nos enfrentamos.

Elevations Bachu, China, from the two ERS satellites
Elevations Bachu, China, from the two ERS satellites

El ERS-2 seguía funcionando cuando la ESA declaró terminada la misión en 2011 y posteriormente redujo su altitud de unos 785 km a 573 km para minimizar el riesgo de colisión con otros satélites, y pasivó totalmente el satélite.

La eliminación del ERS-2 se llevó a cabo teniendo en cuenta las directrices de reducción de desechos espaciales que la ESA imponía en ese momento a los nuevos proyectos, lo que demuestra el firme compromiso de la agencia para reducir la basura espacial.

Después de 13 años de degradación orbital, debida principalmente a la actividad solar, el satélite volverá a entrar de forma natural en la atmósfera terrestre. Se espera que esto suceda alrededor de mediados de febrero, con predicciones que mejorarán cuanto más nos acerquemos al punto de reentrada.

La Oficina de desechos espaciales de la ESA está, por supuesto, siguiendo muy de cerca la degradación orbital del satélite en coordinación con varios socios internacionales y proporcionará actualizaciones periódicas en los días previos a la reentrada tanto en la página de predicciones de reentrada de la ESA como en el Rocket Science Blog.

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