Las misiones planetarias europeas vuelven a la ciencia
Tras una breve desconexión de los instrumentos científicos y un periodo en “modo seguro”, las misiones planetarias de la ESA vuelven a hacer lo que mejor se les da: recopilar datos científicos de todo el sistema solar.
Hemos hablado con Paolo Ferri, Jefe de Operaciones de Misión en el Centro de Control por Satélite de la ESA en Darmstadt, Alemania, y con Markus Kissler-Patig, Jefe de Ciencia y Operaciones del Centro Europeo de astronomía de la ESA, ESAC, en España, sobre estos tiempos difíciles y extraordinarios a los que se tienen que enfrentar los equipos en tierra.
El podcast se puede oír aquí:
A continuación ofrecemos un resumen de los temas tratados, desde el retorno a la ciencia de cuatro misiones clave hasta cómo se toman las decisiones de seguridad para el personal y la flota de exploradores espaciales europeos en este momento de epidemia global.
Medidas excepcionales para tiempos excepcionales
En el Centro Europeo de Operaciones Espaciales de la ESA en Darmstadt (Alemania), las misiones continuaron con sus actividades rutinarias aun cuando la gran mayoría del personal interno y externo trabajaba desde casa.
No obstante, una vez que se detectó el primer caso de COVID-19 en un miembro de los equipos de control de misiones, se aplicaron medidas inmediatas para evitar que se propagara la infección.
“Por suerte, esta persona se encuentra bien y se está recuperando”, señala Paolo Ferri, Jefe de Operaciones de Misión en el Centro de Control por Satélite de la ESA en Darmstadt, Alemania.
“No obstante, en los dos días en que siguió trabajando antes de que lo diagnosticaran, estuvo en contacto con unos veinte compañeros”.
Para evitar la propagación del virus, todas esas personas se pusieron en cuarentena y los edificios enteros se limpiaron y desinfectaron a fondo.
Muchas de ellas trabajaban en las misiones planetarias Solar Orbiter y Mars Express, el Satélite para el estudio de Gases Traza de ExoMars y los cuatro satélites de la misión Cluster que está orbitando la Tierra.
Así, se redujeron las operaciones de estas misiones y los miembros de sus equipos se quedaron en sus casas.
“Decidimos suspender las operaciones de estas misiones de forma preventiva hasta que desapareciera el riesgo de una potencial cascada de infecciones y cuarentenas”, añade Paolo.
Vuelve la ciencia
La ventaja de las misiones interplanetarias es que están diseñadas para mantenerse en modo seguro durante largos periodos de tiempo. En ocasiones, mientras viajan por el sistema solar, las naves se sitúan por detrás del Sol y durante esas dos o tres semanas los equipos de control pierden el contacto con ellas.
Cada una de las cuatro misiones afectadas se puso en modo de espera: en órbitas seguras y con los instrumentos científicos desconectados.
“El corazón se te encoge cada vez que tienes que cortar la producción científica, pero no es algo excepcional. A veces sucede que uno de los satélites tiene problemas y entra en modo seguro, y pasa como mínimo una semana hasta que se reinician las operaciones científicas”, apunta Paolo.
“Es verdad que parar la ciencia por cuestiones relacionadas con la salud de la gente en tierra ha sido algo único, pero te sientes aún más obligado a hacerlo que cuando se trata de salvar una máquina”.
Por suerte, no se dieron más casos que el detectado inicialmente y las personas en cuarentena no desarrollaron síntoma alguno.
“Cuando apagamos los instrumentos científicos, establecimos unos criterios muy claros para decidir cuándo volver a encenderos, y este fin de semana hemos empezado a reanudar poco a poco el estado normal de las misiones”, concluye Paolo.
Por su parte, Markus Kissler-Patig, Jefe de Ciencia y Operaciones del Centro Europeo de Astronomía de la ESA cerca de Madrid, añade:
“Por supuesto que nos duele cada vez que no podemos hacer ciencia con nuestros orbitadores marcianos... Nos sentimos muy responsables de la producción científica de estas fantásticas naves y eso es lo que realmente queremos maximizar: la ciencia, tanto para los investigadores como para el resto de la humanidad”.
“Pero esta vez estaba en juego la salud de nuestra gente, y ahí lo tenemos clarísimo. Son decisiones fáciles de tomar porque sabes que son las correctas”.
Situación estable en el control de misiones
Gracias a las medidas preventivas tempranas para limitar la probabilidad de infección, la situación en ESOC ahora es estable.
Las pocas personas que van periódicamente al centro trabajan la mayor parte del tiempo en aislamiento y ni siquiera suelen encontrarse con el resto de los compañeros. Si hay necesidad de que varios trabajadores estén en la misma sala, se aplican de manera estricta las medidas de protección y distancia social.
Durante el sobrevuelo de BepiColombo del 10 de abril, de carácter crítico e inaplazable, también se aplicarán estas medidas para garantizar que los miembros del equipo puedan guiar la nave durante este hito sin poner en riesgo su propia salud y seguridad.