Los ensayos de los paracaídas de ExoMars siguen avanzando
El sistema de paracaídas que ayudará a depositar el róver Rosalind Franklin en la superficie marciana acaba de completar el primer ensayo a escala natural de caída a gran altitud con los elementos rediseñados tras los dos ensayos fallidos del año pasado. La extracción y la deceleración de los paracaídas funcionaron según lo esperado, el vehículo de prueba se posó sin problemas y también se recuperaron los paracaídas de prueba. Sin embargo, se produjeron daños en las campanas que hizo necesario mejorar aún más el proceso de inflado temprano.
“Aterrizar en Marte es extremadamente difícil y no hay margen de error”, apunta François Spoto, jefe de equipo del programa ExoMars. “El último ensayo ha supuesto un gran paso adelante, pero sigue sin ser el resultado perfecto que buscamos. Así que usaremos los numerosos datos obtenidos para afinar nuestra estrategia, planificar nuevos ensayos y seguir avanzando hacia el lanzamiento en septiembre de 2022”.
Perfil de los paracaídas
El róver Rosalind Franklin y la plataforma de superficie Kazachok estarán encapsulados dentro de un módulo de descenso que los llevará a Marte a bordo de un módulo de transporte. El módulo de descenso estará equipado con dos paracaídas —cada uno con su propio paracaídas piloto—, que ayudarán a frenarlo antes de su aterrizaje sobre el Planeta Rojo. Una vez que el rozamiento atmosférico haya hecho que el módulo de descenso pase de unos 21.000 km/h a 1.700 km/h, se desplegará el primer paracaídas. Unos 20 segundos después, a unos 400 km/h, se abrirá el segundo. Tras la separación de los paracaídas, a aproximadamente 1 km sobre el suelo, los motores de frenado se activarán para depositar de forma segura la plataforma de aterrizaje sobre la superficie marciana. La totalidad de la secuencia, desde la entrada en la atmósfera hasta el amartizaje, dura tan solo seis minutos.
El sistema completo de descenso por paracaídas debe probarse y verificarse en tierra, y a este respecto los ensayos de caída a gran altitud desempeñan un papel fundamental para representar la baja presión atmosférica de Marte, un aspecto clave a la hora de considerar el inflado de los paracaídas.
Una nueva ronda de ensayos a gran altitud
El ensayo efectuado en Oregón (EE. UU.) estaba previsto para marzo de este año, pero se tuvo que posponer debido a las restricciones impuestas por la pandemia de COVID-19, a los incendios forestales y a condiciones de viento desfavorables. La replanificación logística y las condiciones meteorológicas finalmente permitieron llevarlo a cabo el 9 de noviembre.
Para efectuar el ensayo, el vehículo de prueba de caída se izó hasta una altura de 29 km en un globo estratosférico.
El primer paracaídas principal contaba con una bolsa mejorada y un refuerzo de Kevlar alrededor del orificio de ventilación situado en el centro del paracaídas. El segundo paracaídas presentaba varios anillos de refuerzo y una bolsa mejorada, pero no líneas reforzadas, cuya incorporación también está prevista. El segundo paracaídas totalmente actualizado se utilizará en un ensayo de caída en el centro Esrange de la Corporación Espacial Sueca (SSC) en Kiruna (Suecia) a mediados de 2021. Los anillos de refuerzo se han introducido para ayudar a prevenir el fuerte desgarro que sufrieron las campanas durante los ensayos de 2019.
La cronología del último ensayo, incluidas la extracción y la deceleración, se desarrolló exactamente según lo previsto. No obstante, tras la recuperación de los paracaídas se detectaron cuatro desgarros en la campana del primer paracaídas principal y otro en el segundo. Parece que estos daños se produjeron al comenzar el inflado, por lo que, de no haber tenido lugar, el descenso se habría desarrollado normalmente.
El equipo ahora está analizando los resultados para definir nuevas mejoras para los próximos ensayos. Estos ya se están planificando para la primera mitad del año que viene, de forma que el sistema completo de paracaídas logre la calificación y esté listo para el lanzamiento en septiembre de 2022.
Una vez que el róver Rosalind Franklin se pose en la región de Oxia Planum en junio de 2023, se separará de la plataforma y comenzará su misión científica, buscando lugares de interés geológico para perforar el suelo y determinar si en algún momento nuestro planeta vecino llegó a albergar vida.
Todas las actividades de calificación de los paracaídas están siendo gestionadas y dirigidas por un equipo conjunto formado por la ESA, TASinI (contratista principal), TASinF (PAS), Vorticity (análisis de ensayos y diseño de los paracaídas) y Arescosmo (fabricación de los paracaídas y las bolsas).
El programa ExoMars es un esfuerzo conjunto de la ESA y Roscosmos. Además de la misión 2022, incluye el Satélite para el estudio de Gases Traza (TGO), lanzado en 2016. Este ya está proporcionando resultados científicos importantes y retransmitiendo datos del róver Curiosity y el módulo de aterrizaje Insight de la NASA. También se encargará de la transmisión de datos de la misión ExoMars 2022 cuando llegue al Planeta Rojo en marzo de 2023.
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