El tránsito de Venus cautivó a astrónomos de todo el mundo
En la noche del martes al miércoles, astrónomos de todo el mundo observaron con atención cómo Venus pasaba por delante del Sol por última vez en este siglo. Varias misiones de la ESA también se prepararon para seguir con detalle este inusual acontecimiento.
El microsatélite de la ESA Proba-2, en órbita a la Tierra, observó Venus ininterrumpidamente durante las casi siete horas que duró el tránsito. En el vídeo parece que Venus esté serpenteando, un efecto óptico producido por las ligeras oscilaciones de Proba-2 sumadas a la enorme distancia que le separa del Sol.

Uno de los momentos más interesantes fue el primer contacto – cuando Venus comenzó a cruzar el limbo del disco solar – detectándose una leve disminución en la intensidad de la radiación solar que llegaba hasta los sensores del satélite. Esta disminución está asociada con la densa atmósfera de Venus, y ayudará a los científicos a perfeccionar las técnicas empleadas para estudiar las atmósferas de los planetas rocosos de tamaño similar al de la Tierra que se encuentran fuera del Sistema Solar, los conocidos como ‘exoplanetas’.
Durante el tránsito también se pudo observar el ‘efecto de la gota negra’ – una forma de menisco que parece conectar la silueta del planeta con el limbo del Sol justo después del primer contacto y al final, instantes antes de que termine el tránsito.
Los astrónomos también estaban muy interesados en observar la aureola, un arco de luz que aparece alrededor del disco planetario durante los primeros y los últimos minutos del tránsito. Este fenómeno fue observado por primera vez durante el tránsito de 1761, y permitió descubrir que Venus estaba cubierto por una atmósfera.
Los científicos de la ESA se desplazaron al archipiélago de Svalbard, en Noruega, para observar el tránsito bajo el sol de medianoche, con la única interrupción de intervalos nubosos.

Michel Breitfellner y Miguel Pérez Ayúcar, del Centro Europeo de Astronomía Espacial (ESAC) de la ESA, observaron el tránsito utilizando telescopios ópticos y solares equipados con cámaras de vídeo. Un conjunto idéntico de instrumentos situado en Canberra, Australia, permitió observar el tránsito de forma simultánea desde puntos opuestos de nuestro planeta.
“A pesar de las interrupciones provocadas por las nubes, fue fantástico poder observar el tránsito de principio a fin bajo el sol de medianoche, en un paraje tan espectacular”, comenta Miguel Pérez.
Durante las próximas semanas, científicos y astrónomos de todo el mundo compararán sus resultados entre ellos y con los datos recogidos desde el espacio por misiones como Venus Express.

“Estamos deseando comparar los datos recogidos desde tierra con los tomados por Venus Express para tener una imagen completa de la cambiante atmósfera de Venus”, concluye Håkan Svedhem, científico del proyecto Venus Express para la ESA.