La famosa Nebulosa del Águila cambia de imagen
La Nebulosa del Águila, como nunca ha sido vista antes. En 1995, la imagen Pilares de la Creación de la Nebulosa del Águila, obtenida por el telescopio espacial Hubble, se convirtió en una de las imágenes icono del siglo XX. Dos telescopios espaciales de la ESA proporcionan ahora nuevos datos sobre esta enigmática región de formación estelar.
La Nebulosa del Águila está a 6.500 años luz, en la constelación Serpens. Contiene un cúmulo estelar joven caliente, NGC6611, visible con telescopios de aficionados, que esculpe e ilumina el gas y el polvo a su alrededor; genera así gigantescas formaciones huecas con aspecto de columna, de varios años luz de extensión cada una.
La imagen del Hubble sugería que en estos pilares se estaban formando nuevas estrellas, en concreto dentro de aglomeraciones de gas conocidas como EGG, siglas en inglés de Glóbulos Gaseosos en Evaporación. Pero el polvo presente en la región impedía al Hubble ver lo que ocurría, y comprobar que efectivamente los pilares albergan estrellas en formación.
Las nuevas imagines obtenidas ahora por el telescopio espacial Herschel, de la ESA, muestran en toda su amplitud los pilares y el gas y el polvo que los rodea. Las observaciones de Herschel, en longitudes de onda del infrarrojo lejano, permiten a los astrónomos ver el interior de las estructuras.
En paralelo, nuevas observaciones en rayos X obtenidas con el telescopio XMM-Newton, de la ESA, revelan la presencia de las jóvenes estrellas calientes responsables de esculpir los pilares.
Estos datos de ambos telescopio espaciales han sido además combinados con observaciones obtenidas con el telescopio VLT del Observatorio Austral Europeo (ESO), en Paranal (Chile), en el infrarrojo cercano; y en luz visible con el telescopio Max Planck Gesellschaft, de 2,2 metros de diámetro, situado en La Silla (Chile). El resultado es magnífico: imágenes de una belleza única, reveladoras de los procesos en marcha en está icónica región del cielo.
En longitudes de onda visible la nebulosa brilla principalmente por la luz estelar reflejada y por el gas caliente que llena las cavidades gigantes, cubriendo la superficie de los pilares y otras estructuras polvorientas.
Vídeo en varias longitudes de onda de la Nebulosa del Águila.
En el infrarrojo cercano el polvo se vuelve casi transparente, y los pilares prácticamente se desvanecen. En el infrarrojo lejano Herschel detecta el polvo frío y los pilares vuelven, brillando esta vez con su propia luz.
La imagen revela brillantes filigranas de gas y polvo, lo que da pistas a los astrónomos acerca de cómo interacciona este material con las estrellas calientes vistas por XMM-Newton.
El 2001, las imágenes en el infrarrojo cercano del VLT indicaban que sólo era probable que albergaran estrellas en formación una minoría de EGGs.
La imagen de Herschel permite ahora buscar estrellas jóvenes en una región mucho más amplia; podrá comprenderse así mucho mejor las fuerzas creadores y destructoras que actúan en la Nebulosa del Águila.
Las observaciones anteriores en el infrarrojo medio obtenidas con los telescopios ISO (Observatorio Espacial Infrarrojo), de la ESA, y Spitzer, de la NASA, y los nuevos datos de XMM-Newton, sugieren a los astrónomos que una de las estrellas masivas y calientes en NGC6611 podría haber explotado como supernova hace 6000 años, generando una onda de choque que destruyó los pilares.
Los potentes telescopios basados en tierra siguen proporcionando vistas asombrosas de nuestro universo, pero desde tierra, debido al efecto de la atmósfera, es imposible obtener imágenes en el infrarrojo medio, en el infrarrojo lejano y en rayos X.
Los telescopios espaciales, como Herschel y XMM-Newton, ya no están cubiertos por este velo y contemplan así la belleza del universo en todas las longitudes de onda del espectro electromagnético.
Con regiones como la Nebulosa del Águila, combinar todas estas observaciones ayuda a los astrónomos a entender el complejo pero impresionante ciclo vital de las estrellas