El cinturón de Kuiper
Los telescopios modernos han desvelado la presencia de cientos de objetos helados más allá de la órbita de Neptuno, en una región conocida como el cinturón de Kuiper. El nombre hace referencia a Gerard Kuiper, un astrónomo holandés que en 1951 sugirió la posibilidad de que algunos cometas tuvieran su origen en dicha región.
El primer objeto del cinturón de Kuiper se descubrió en 1992, lo que demostró que la teoría de Kuiper era acertada. La detección de dichos objetos es difícil porque son apenas perceptibles y se desplazan con gran lentitud. Tardan siglos en completar una órbita en torno al Sol.
Es posible que esos objetos sean restos procedentes de la época en que se formaron los planetas. Fueron expulsados a esa remota región exterior por la interacción entre los planetas gigantes.
La mayoría de los objetos son pequeños, de unos 10 a 50 km de diámetro. Hasta hace poco tiempo se consideraba a Plutón el mayor de ellos, aunque había muchos otros objetos de casi igual tamaño.
Sin embargo, en 2005 se halló un objeto aún mayor. Conocido como 2003 UB313, los científicos le dieron el nombre provisional de “Xena” (la princesa guerrera de una conocida serie de TV) hasta que pudieron asignarle un nombre adecuado, Eris.
Cuando se descubrió, Eris se hallaba al doble de la distancia de Plutón al Sol (97 veces la distancia entre el Sol y la Tierra). Es pues, el objeto del Sistema Solar más lejano que se ha visto hasta la fecha. Su órbita tiene una inclinación de 44 grados, por lo que se desplaza muy por encima y por debajo de las trayectorias de los demás planetas. También se ha descubierto que posee una luna, denominada Dysnomia.
No todos están de acuerdo en que Plutón y Eris deban considerarse como noveno y décimo planetas del Sistema Solar. En 2006, la Unión Astronómica Internacional los clasificó como “planetas enanos”.
Última modificación 20 febrero 2007