Cassini concluye su misión pionera en Saturno
La misión internacional Cassini ha finalizado de forma espectacular su extraordinario viaje de exploración por el sistema saturniano, sumergiéndose en la atmósfera del planeta gaseoso.
La confirmación del final de la misión llegó al Laboratorio de Propulsión a Reacción de la NASA a las 11:55 GMT/13:55 CEST tras haberse perdido la señal de la nave 83 minutos antes en Saturno, a unos 1.400 millones de kilómetros de la Tierra.
Cuando, según lo previsto, se agotó el combustible necesario para maniobrar la nave, que durante los últimos 13 años ha viajado por Saturno y sus lunas, la misión acabó con la inmersión programada en el planeta. De esta forma queda garantizado que las lunas heladas de Saturno —y en particular Encélado y su océano— no corran riesgo de contaminarse con los microbios terrestres que podrían quedar a bordo de la nave, dejándolas inmaculadas para su futura exploración.
Cassini ha pasado los últimos cinco meses sumergiéndose entre los anillos de Saturno y su atmósfera en una serie de 22 órbitas finales, que han culminado con la despedida definitiva a Titán el lunes, tras lo cual se puso rumbo al planeta.
Las órbitas del Gran Final han contado con el apoyo de las estaciones de seguimiento de la ESA, que han recibido señales de Cassini para recopilar datos científicos gravitacionales y de radio de importancia crucial.
La entrada en la atmósfera comenzó un minuto antes de perderse la señal y la nave siguió enviando datos científicos en tiempo casi real hasta que su antena dejó de apuntar hacia la Tierra. Las últimas imágenes se enviaron ayer, antes de la inmersión definitiva, y durante los últimos momentos se efectuaron mediciones de la densidad de plasma, el campo magnético, las temperaturas y la composición atmosférica a una profundidad inédita hasta ahora de la atmósfera saturniana.
“Cassini revolucionó nuestros conocimientos sobre Saturno en el momento en que llegó al planeta y ha continuado haciéndolo durante 13 años, hasta su último día, hoy”, asegura Álvaro Giménez, director de ciencia de la ESA.
“Esta misión ha cambiado la forma en que vemos los mundos acuáticos del Sistema Solar, ofreciendo sugerentes pistas de lugares con potencial de habitabilidad como Titán, que nos sirve de laboratorio a escala planetaria para estudiar procesos que podrían ser relevantes incluso para el origen de la vida en la Tierra”.
Lanzada el 15 de octubre de 1997, Cassini llegó a la órbita de Saturno el 30 de junio de 2004 (PDT), llevando a bordo la sonda Huygens de la ESA, que aterrizó en Titán el 14 de enero de 2005. Durante las dos horas y media que duró su descenso, reveló la superficie que hasta ese momento había permanecido oculta por la densa atmósfera de la luna saturniana, mostrando un mundo de paisajes enigmáticamente similares a los terrestres.
Cassini continuó realizando desde su órbita sorprendentes descubrimientos en Titán, dado que su radar localizó lagos y mares de metano y otros hidrocarburos, por lo que constituye el único lugar conocido de nuestro Sistema Solar con líquido estable en su superficie. En la atmósfera de esta luna, Cassini detectó numerosas moléculas orgánicas complejas, algunas de las cuales están consideradas componentes esenciales para la vida en la Tierra.
No obstante, las lunas de Saturno continuaron sorprendiéndonos con uno de los principales descubrimientos de toda la misión: la detección de columnas heladas procedentes de fisuras en el hemisferio sur de Encélado. Posteriores descubrimientos mostrarían actividad hidrotermal en el fondo del suelo marino, lo que indicaría que este mundo es uno de los lugares más prometedores para buscar vida fuera de la Tierra.
La misión también puso de relieve las características únicas del resto de lunas de Saturno, desde Jápeto y su cordillera ecuatorial hasta Hiperión, que parece una esponja gigante, y desde Pan con su forma de ravioli hasta Mimas, que nos recuerda a la Estrella de la Muerte de La Guerra de las Galaxias.
Muchos de los descubrimientos de Cassini pueden atribuirse a la longevidad de la misión, que ha incluido dos extensiones, lo que ha permitido a la nave abarcar la mitad del ciclo estacional de Saturno. La primera extensión se concedió con el fin de observar cambios a medida que el planeta alcanzaba el equinoccio, momento en que la luz del Sol incidió paralelamente sobre los anillos. Más tarde se autorizó una extensión de otros siete años para hacer un seguimiento de los recientes descubrimientos en Encélado y Titán, y para estudiar cómo el Sol de verano brillaba sobre el hemisferio norte de Saturno y de sus lunas, mientras la oscuridad invernal llegaba al sur.
Estas extensiones de la misión han sido cruciales para dar cuenta de la evolución de fenómenos dinámicos de pequeña escala en los anillos, como las ‘hélices’, perturbaciones en los anillos provocadas por lunas menores. A lo largo del tiempo, las ‘cuñas radiales’ en los anillos de Saturno —formaciones que giran con los anillos, como los radios de una rueda— aparecían y desaparecían con las estaciones. Durante el equinoccio, se revelaron con todo detalle las estructuras verticales de los anillos, empujadas por las perturbaciones gravitacionales de las lunas cercanas.
Como afirma Nicolas Altobelli, científico del proyecto Cassini de la ESA, “Cassini y Huygens representan un formidable logro científico, tecnológico y humano”.
“La misión nos ha inspirado con sus prodigiosas imágenes, incluyendo la lección de humildad que nos dan las vistas a lo largo de más de mil millones de kilómetros de distancia hasta el minúsculo punto azul que constituye nuestro planeta. Como es lógico, nos entristece que la misión acabe, pero también es el momento de celebrar este viaje pionero, que nos deja un rico legado de ciencia e ingeniería que allanará el camino para futuras misiones”.
Los planificadores de misiones ya disponen de una nueva generación de exploradores de planetas océano, aunque por ahora va a ser Júpiter quien asuma el protagonismo. ESA está preparando el lanzamiento en 2022 del orbitador de las lunas de hielo jovianas, JUICE, que se centrará en el potencial de habitabilidad de sus grandes satélites acuáticos —Europa, Ganímedes y Calisto—, mientras que la NASA planifica la misión Europa Clipper, dedicada a sobrevolar esa luna helada.
Notas para los editores:
La misión Cassini-Huygens es un proyecto cooperativo que participan NASA, ESA y la Agencia Espacial Italiana.
Dosier informativo de NASA del Gran Final de Cassini
Dosier de prensa de NASA del Gran Final de Cassini
Más información sobre la contribución europea a la misión Cassini
Para más información, contactar con:
Nicolas Altobelli
ESA Cassini–Huygens Project Scientist
Tel: +34 91 813 1201
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Markus Bauer
ESA Science Communication Officer
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