La Estación Espacial Internacional (ISS) es fácilmente localizable a simple vista, tras la puesta de sol, a una altura de unos 400 km.
La ISS puede ser considerada una obra maestra de la colaboración internacional, resultado de los esfuerzos de Estados Unidos, Rusia, Japón, Canadá y Europa. Se trata del mayor proyecto de cooperación en la historia de la ciencia.
La implicación de Europa en este proyecto, a través de la ESA, es todo un éxito tecnológico y científico que ha supuesto además un gran estímulo para la industria europea, que ha invertido mucho esfuerzo en el desarrollo de equipos y sistemas de vanguardia.
La principal contribución europea es el laboratorio científico multipropósito Columbus, en el que los científicos llevan a cabo experimentos en condiciones de ingravidez. Ahora que el ensamblaje de la ISS está a punto de finalizar es cuando comienza a sacarse el máximo partido a las cualidades de esta instalación única.
La ESA ha aportado también el Vehículo Automatizado de Transferencia (ATV), una serie de naves no tripuladas capaces de acoplarse y desacoplarse automáticamente transportando mercancías, combustibles, provisiones y otros suministros. Tras el éxito del ATV se trabaja ahora en un vehículo capaz de realizar la reentrada en la Atmósfera y traer a Tierra mercancías y experimentos ya completados en la ISS.