Desde las bacterias a los seres humanos, todos los seres vivos han evolucionado en un entorno con gravedad. En su ausencia se producen cambios que proporcionan a los médicos pistas sobre el desarrollo óseo, la función cardiaca o las defensas del organismo contra las infecciones. Los cristales, las espumas, las emulsiones y los plasmas también se comportan de forma distinta. Los ingenieros y los científicos, por tanto, adquieren nuevos conocimientos y crean materiales especiales experimentando en el espacio.
Columbus es una de las principales contribuciones de la ESA a la Estación Espacial Internacional. Se trata de un laboratorio totalmente equipado que permite llevar a cabo docenas de experimentos en condiciones de ausencia de gravedad. Columbus generará así amplios beneficios para la ciencia, la tecnología y la medicina, así como para la preparación de misiones tripuladas a destinos lejanos.
Los experimentos en Columbus han generado ya avances en varias disciplinas, basados en importantes resultados científicos en física de plasma, exobiología o estudios de fisiología humana. Son trabajos con valiosas aplicaciones en Tierra y para actividades futuras de exploración espacial.