El entorno de la Tierra
La misión Swarm no sólo nos ayudará a comprender mejor el interior de nuestro planeta: también analizará el entorno de la Tierra y su compleja conexión con la actividad solar.
La magnetosfera es la región del espacio que se extiende desde los 60.000 km hasta los 120.000 km sobre la superficie de la Tierra. En su interior existen complejos sistemas de corrientes, como la corriente de anillo del ecuador magnético. Este escudo magnético nos protege del viento solar, una corriente de partículas con carga eléctrica emitida por el Sol.
La ionosfera es la región de la atmósfera superior comprendida entre los 50 y los 600 km de altitud. Se sospecha que la densidad del aire en sus capas más bajas está relacionada con la actividad geomagnética, pero todavía no se ha descifrado cómo funciona esta conexión.
La ionosfera contiene átomos ionizados por la luz ultravioleta del Sol. El hemisferio iluminado por la luz solar es mucho más conductor que el que se encuentra a la sombra, y presenta fuertes corrientes eléctricas.
Además de las variaciones diurnas, la actividad solar desencadena tormentas magnéticas que provocan perturbaciones irregulares en la ionosfera y en la magnetosfera. Las auroras boreales y australes son un buen ejemplo de ello, ya que se producen cuando el campo magnético de la Tierra canaliza las partículas cargadas del viento solar hacia el interior de la atmósfera.
Cuando las partículas del viento solar chocan con los átomos y con las moléculas – principalmente de oxígeno y de nitrógeno – de la atmósfera superior, liberan parte de su energía en forma de la radiación verde-azulada tan característica de las auroras.
Los satélites de la misión Swarm medirán la velocidad, la dirección y la temperatura de los iones para ayudarnos a comprender mejor la dinámica de la atmósfera superior.
Sus datos también permitirán analizar la densidad y las corrientes que fluyen a lo largo de las líneas del campo geomagnético, y que conectan la magnetosfera con la ionosfera cerca de los polos.
En el año 2000, la ESA puso en órbita la misión Clúster, formada por cuatro satélites equipados con 11 instrumentos diseñados para estudiar la interacción del viento solar con la magnetosfera.
Clúster se encuentra alejado de la Tierra, cerca de la magnetosfera. Swarm ocupará una órbita mucho más baja, proporcionando datos complementarios.
De esta forma, se podrán obtener nuevos datos sobre el aporte de energía a la magnetosfera terrestre y así comprender mejor cómo se desarrollan las tormentas magnéticas, uno de los principales fenómenos de la meteorología espacial.