La primera semana de Alexander en el espacio
El astronauta de la ESA Alexander Gerst ya lleva una semana en el espacio, a bordo de la Estación Espacial Internacional. Mientras termina de acostumbrarse a vivir flotando en microgravedad, Gerst ha estado ocupado conociendo su nuevo hogar, realizando experimentos, sacándose sangre, manteniéndose en forma y sí, también limpiando el retrete.
Alexander llegó al complejo orbital el día 29 de mayo de madrugada, a bordo de una nave Soyuz junto al astronauta de la NASA Reid Weisman y al comandante de Roscosmos Maxim Suraev.
A bordo les esperaban los otros tres miembros de la tripulación, que llevan en la Estación desde el pasado mes de abril. Alexander permanecerá en el espacio durante casi seis meses.
Nada más llegar a la Estación los astronautas organizaron una pequeña teleconferencia para saludar a sus familiares y amigos, de los que se habían despedido apenas seis horas antes. Según el propio Alexander: “¡Es fantástico estar aquí arriba!”.
Uno de los primeros experimentos de Alexander fue bastante sencillo: rellenar un cuestionario sobre sus dolores de cabeza. Muchos astronautas sufren dolores de cabeza, “como si fuese a estallar”, y los científicos quieren averiguar quién es más propenso y en qué circunstancias.
Al igual que la mayoría de los experimentos que se realizan a bordo de la Estación, el estudio de la ESA sobre los dolores de cabeza recogerá datos a lo largo de varios años entrevistando a distintos astronautas – 30 en este caso.
Conociendo su nuevo hogar
El comandante de la Estación, Steve Swanson, les mostró a Alexander y a Reid la Estación – del tamaño de una casa de seis habitaciones – y les explicó cómo funcionan los distintos sistemas. La tripulación repasó los protocolos de emergencia y de mantenimiento básico para poner al día a los recién llegados.
Alexander participó en un experimento más participativo, parte de la investigación de la NASA sobre la Salud Ocular, que ayudará a comprender cómo se adaptan los ojos de los astronautas a las condiciones del espacio.
Gerst también cambió una bombilla en un experimento japonés diseñado para comprender cómo las plantas desafían a la gravedad creciendo en vertical, un fenómeno que sólo se puede estudiar cuando se elimina el efecto del peso.
El propio Alexander lo relató con un tweet desde el espacio: “Ayer reparé una lámpara de xenón en el laboratorio japonés SAIBO, diseñado para mejorar la eficiencia de las cosechas en la Tierra”. El astronauta europeo también trabajará en su estudio complementario, el experimento Seedling Growth-2 de la ESA y de la NASA, durante su misión Blue Dot.
Como en las mejores casas, en la Estación también hay que hacer las tareas domésticas. Mientras los compañeros de Alexander limpiaban y acumulaban los elementos que ya no son necesarios a bordo, a él le tocó limpiar y mantener uno de los dos retretes. Gerst se había entrenado para esta tarea, pero hacerlo en el espacio fue una experiencia completamente diferente.
Todos los astronautas de la Estación hacen ejercicio dos horas al día en unas máquinas especializadas. Además de todas estas tareas y de seguir acostumbrándose a su nuevo hogar, Alexander también está compartiendo sus aventuras en las redes sociales – sigue su misión en alexandergerst.esa.int