Sentinel-5P muestra la contaminación del aire
Lanzado el 13 de octubre, Sentinel-5P ha enviado las primeras imágenes de contaminación del aire. Aunque el satélite aún se está preparando para el servicio, estos primeros resultados, considerados excepcionales, muestran que este último satélite de Copernicus está llamado a inaugurar una nueva era en la vigilancia de la calidad del aire.
Esta nueva misión promete elaborar imágenes de los contaminantes del aire con un nivel de detalle imposible hasta la fecha. Y sus primeros resultados, además de demostrar la sofisticación del instrumento del satélite, han puesto de manifiesto el problema de la contaminación.
Una de las primeras imágenes muestra el dióxido de nitrógeno en Europa. Generado en gran medida por el tráfico y la combustión de combustibles fósiles en procesos industriales, pueden apreciarse altas concentraciones de este contaminante sobre zonas de los Países Bajos, la cuenca del Ruhr en el oeste de Alemania, el valle del Po en Italia y sobre partes de España.
Algunos de los primeros datos se han utilizado para crear un mapa global del monóxido de carbono. La animación muestra niveles altos de este contaminante sobre zonas de Asia, África y Sudamérica.
Sentinel-5P también revela altos niveles de contaminación procedente de centrales eléctricas en la India.
Josef Aschbacher, director de los Programas de Observación de la Tierra de la ESA, ha destacado que “Sentinel-5P es el sexto satélite del programa de vigilancia medioambiental Copernicus de la Comisión Europea, pero el primero dedicado a la vigilancia de nuestra atmósfera”.
“Estas primeras imágenes, que ofrecen un sugerente adelanto de lo que está por venir, no solo constituyen un hito importante para la misión Sentinel-5P, sino también para Europa”.
“Datos como estos pronto serán la base del Servicio de Vigilancia de la Atmósfera de Copernicus (CAMS), se emplearán para hacer previsiones y, en última instancia, resultarán muy valiosos a la hora poner en marcha políticas de mitigación adecuadas”.
Sentinel-5P aloja el sensor de su clase más avanzado hasta la fecha: Tropomi. Este instrumento ultramoderno puede registrar la presencia de dióxido de nitrógeno, metano, monóxido de carbono o aerosoles, contaminantes que afectan al aire que respiramos y a nuestro clima.
Tras el lanzamiento del satélite, Tropomi se sometió a un proceso planificado de descontaminación. La compuerta que mantenía a Tropomi aislado se abrió recientemente, permitiendo la entrada de luz y la toma de las primeras imágenes.
Estos primeros resultados se desvelaron en el Centro Aeroespacial Alemán (DLR), donde se procesan los datos de Sentinel-5P.
Además de ofrecer un nivel de detalle sin precedentes, la misión presenta una anchura de barrido de 2.600 km, lo que permite cartografiar la totalidad del planeta cada 24 horas.
La misión también ha logrado capturar ceniza procedente del volcán Agung en Bali (Indonesia).
“Estas primeras imágenes son asombrosas, especialmente si tenemos en cuenta que el satélite aún está en las primeras fases de puesta en servicio operacional”, reconoce Stefan Dech, director del Centro de Observación de la Tierra del DLR.
“El instrumento Tropomi del satélite prometía ofrecer imágenes de contaminantes en una resolución más alta que nunca, y es evidente que está cumpliendo lo prometido”.