El entrenamiento de un astronauta
Alexander Gerst accedió al cuerpo de astronautas de la ESA en el año 2009, y desde aquella ha estado entrenando prácticamente sin parar. Cinco años de entrenamiento pueden parecer mucho tiempo, pero según el propio Alexander “si tienes en cuenta que para ser astronauta tienes que aprender una profesión completamente nueva antes de viajar al espacio, no es tanto tiempo, sería el equivalente a estudiar una carrera en la universidad”.
Alexander pasó los primeros 18 meses de su entrenamiento realizando la formación básica junto a sus compañeros de promoción: Luca Parmitano, Samantha Cristoforetti, Andreas Mogensen, Timothy Peake y Thomas Pesquet. Este programa genérico abarca cursos de supervivencia en Italia o de buceo en el Centro Europeo de Astronautas en Colonia, Alemania, así como clases de Ruso, mecánica orbital o pilotaje.
En una misión a la Estación Espacial tenemos que llevar a cabo todo tipo de tareas, es por ello que tenemos que entrenar durante tanto tiempo. Una vez a bordo tenemos que ser científicos, personal de mantenimiento, pilotos, limpiadores, médicos, bomberos, ingenieros y conejillos de indias.
Los nuevos astronautas proceden de distintas culturas y profesiones, y tienen que ponerse al mismo nivel en una amplia variedad de materias.
Alexander fue seleccionado para llevar a cabo la misión ‘Blue Dot’ prácticamente después de completar la formación básica, lo que significa que su programa de entrenamiento se intensificó rápidamente para que pudiera aprender todo lo necesario sobre lo que será su nuevo hogar durante los próximos seis meses: la Estación Espacial Internacional.
Durante los casi tres años de entrenamiento específico para su misión, Alexander visitó las instalaciones de todos los miembros del programa de la Estación. Desde el cuartel general de los astronautas europeos en Colonia, Alexander trabajó más de 60 horas a la semana entrenando en Japón, Canadá, Rusia o los Estados Unidos.
El astronauta alemán aprendió a utilizar el brazo robótico de la Estación en Montreal, Canadá, a trabajar en el laboratorio japonésKiboen el Centro Espacial Tsukuba, Japón, a hacer paseos espaciales buceando en una réplica de la Estación sumergida en una piscina en Houston, EEUU, y se ganó sus alas de cosmonauta en el simulador de Soyuz en el Centro de Cosmonautas Yuri Gagarin en la Ciudad de las Estrellas, Rusia.
El verdadero arte de ser astronauta consiste en ser capaz de filtrar las cosas realmente importantes de la gran cantidad de información que recibimos.
A medida que se acercaba la fecha del lanzamiento, el entrenamiento de Alexander se centró en los equipos y en los experimentos que tendrá que utilizar durante su estancia en la Estación Espacial. Unas semanas antes del lanzamiento, toda la tripulación tiene que hacer un examen cerca de Moscú, Rusia, para demostrar que están listos para volar en la nave Soyuz.
Sin embargo, el entrenamiento de Alexander todavía no ha terminado. Imagínate tener que operar el brazo robótico de la Estación o controlar el atraque de una nave de reabastecimiento de 20 toneladas: un movimiento en falso y podrías poner en peligro a tus compañeros de tripulación y equipos de varios millones de euros. Si no has practicado la maniobra durante varios meses, sería lógico estar nervioso. Por este motivo Alexander y sus compañeros de tripulación seguirán practicando todos los protocolos durante su estancia en la Estación.