Inundaciones devastadoras en España vistas por satélite
Lluvias torrenciales que han provocado inundaciones repentinas y mortales han asolado el este y el sur de España, en regiones como Valencia, Andalucía y Castilla-La Mancha. Mientras estas zonas luchan por hacer frente a las consecuencias, la tecnología por satélite ha desempeñado un papel crucial en la evaluación de los daños de las zonas afectadas.
El artículo se va actualizando a medida que se dispone de nuevas imágenes de satélite.
Las tormentas se concentraron en las cuencas de los ríos Magro, Turia y Poyo, arrojando torrentes de agua y fango que convirtieron las calles de los pueblos en ríos, destruyeron viviendas y arrastraron puentes y vehículos. Más de 200 personas han perdido la vida, miles han sido desplazadas y muchas siguen desaparecidas. La región costera de Valencia se vio especialmente afectada al recibir en apenas ocho horas el equivalente a un año de lluvias, según la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET).
La AEMET ha informado de que las precipitaciones extremas se debieron a un sistema meteorológico de baja presión a gran altitud, aislado de la corriente en chorro. Conocidos localmente como DANA, estos sistemas de tormentas se forman cuando los frentes fríos se encuentran con masas de aire cálido y húmedo, como sobre el mar Mediterráneo. Las tormentas pueden permanecer estacionarias antes de disiparse, lo que aumenta el riesgo de graves inundaciones.
Las imágenes y datos de observación de la Tierra son un recurso importante para los servicios de emergencia, ya que proporcionan información crucial para la respuesta casi en tiempo real, el análisis posterior al suceso y la evaluación de los daños. Las imágenes del satélite estadounidense Landsat-8 captadas el 30 de octubre fueron las primeras en ilustrar la magnitud de la catástrofe, al mostrar la drástica transformación del paisaje.
Las siguientes imágenes del Sentinel-2 de Copernicus muestran la magnitud de la catástrofe de las inundaciones de Valencia y la drástica transformación del paisaje.
Las imágenes de radar de Sentinel-1 de los días 19 y 31 de octubre ilustran las graves inundaciones del Parque Nacional de la Albufera debidas a la crecida de los ríos Magro, Turia y Poyo. Este parque limita al este con el mar Mediterráneo y se extiende al oeste por barrios densamente poblados.
La Dirección General de Protección Civil y Emergencias activó el 29 de octubre el Servicio de Cartografía Rápida de Emergencias (EMS) de Copernicus para crear mapas que mostraran el alcance y la gravedad de las inundaciones en las zonas afectadas.
Hasta el momento se han elaborado y publicado varios mapas; el primero se publicó el 31 de octubre, basado en la imagen de GeoEye de esa mañana.
Un análisis posterior, junto con una imagen WorldView obtenida el mismo día, revela que más de 4.100 hectáreas y 3.906 edificios se vieron afectados, mientras que más de 60.000 personas, unos 15 km de vías férreas y 531 km de carreteras se vieron potencialmente afectados en la zona de Horta Sud.
Un análisis de las imágenes de Sentinel-1 y Sentinel-2 adquiridas el 31 de octubre sobre la provincia de Valencia permitió obtener el 2 de noviembre un mapa que muestra alrededor de 15.633 hectáreas de superficie inundada y unas 190.000 personas posiblemente afectadas.
La Agencia Española de Protección Civil también activó la Carta Internacional Espacio y Grandes Desastres, que combina los activos de observación terrestre de 17 agencias espaciales y siete distribuidores comerciales de datos de todo el mundo, para proporcionar observaciones y análisis adicionales de las zonas siniestradas.
La Carta proporciona estos datos en la medida de lo posible y sin coste alguno, para ayudar en la fase de respuesta a grandes desastres. La Carta se activó el 1 de noviembre y se acordó que el Servicio de Gestión de Emergencias de Copernicus (EMS) y la Carta colaborarían en esta activación a través de los acuerdos de intercambio de datos establecidos.
Además de los CEMS, varias organizaciones han acordado apoyar la activación de la Carta mediante el suministro de productos de valor añadido.
Entre ellas figuran LIST en Luxemburgo, SERTIT en Francia y MBRSC en los Emiratos Árabes Unidos. Estos productos, cuya publicación está prevista para el 6 de noviembre, complementarán los generados por el Servicio de Gestión de Emergencias al ofrecer un análisis más detallado de la situación.
«La observación desde el espacio desempeña un papel inestimable en desastres naturales como las recientes inundaciones en España», declaró Simonetta Cheli, directora de Programas de observación de la Tierra de la ESA.
«Nuestra misión es coordinarnos rápidamente con los socios a través de la Carta Internacional y el Servicio Cartográfico de Emergencia de Copernicus para proporcionar datos críticos de observación de la Tierra en tiempo real y ayudar a los equipos de emergencia sobre el terreno. Estamos comprometidos a apoyar los esfuerzos de rescate y socorro, proporcionando los datos necesarios para evaluar los daños y garantizar una respuesta oportuna en las comunidades afectadas».
Más allá de cartografiar las zonas dañadas, los satélites pueden ayudar a monitorizar las condiciones ambientales en una zona afectada por un peligro hidrometeorológico como la emergencia que azotó a España. Los datos de la misión SMOS de la ESA del 29 de octubre ilustran aún mejor la situación, al mostrar el terreno saturado alrededor de Valencia y otras regiones el día de las inundaciones.
El satélite SMOS, diseñado para medir la humedad global del suelo sobre la tierra y la salinidad en los océanos, utiliza un radiómetro innovador en la banda L de microondas para producir imágenes de «temperatura de brillo», que ayudan a obtener mapas de humedad del suelo, un recurso esencial tras este tipo de catástrofes.
Imágenes ópticas de muy alta resolución captadas por Pléiades Neo, una misión compartida de la ESA, del 31 de octubre, revelan con extremo detalle los cuantiosos daños de las inundaciones de Valencia. Los datos de Pléiades Neo también se facilitaron a la activación de la Carta de Grandes Desastres, gracias al Centre national d'études spatiales (CNES).