Cómo se construye una nave espacial
Las naves espaciales pueden tener muchas formas y tamaños, puesto que sirven para muchas tareas diferentes. Al contrario de lo que ocurre con los automóviles, es raro encontrar más de 10 satélites que sean iguales. La mayoría de ellos son únicos, puesto que son construidos minuciosamente pieza por pieza. A pesar de este carácter singular, todos están diseñados y construidos siguiendo el mismo esquema.
Un satélite está compuesto por dos partes principales: la plataforma (o bus) y la carga útil (instrumentos o experimentos).
La plataforma o bus es la estructura metálica básica y debe ser resistente y ligera al mismo tiempo. Incluye la estructura en torno a la cual se montarán todos los demás sistemas de la nave, propulsores, motor principal, tanques de combustible y fuentes de energía. La carga útil incluye los equipos que se comunicarán con la estación terrestre, así como las cámaras y demás instrumentos científicos.
Los componentes de un satélite se fabrican en muchos lugares diferentes, pero todos ellos se envían a un solo centro donde se ensamblan y se prueban en salas blancas especiales. Sólo entonces se envía la nave espacial al centro de lanzamiento.
Dado que no hay talleres en el espacio, muchos satélites transportan sus propias 'piezas de recambio'. De ese modo, si ocurre alguna avería, los controladores en la estación terrestre pueden darle a la nave espacial la orden de pasar a funcionar con otro componente de reserva.
Última modificación 12 octubre 2011