Salas blancas
Todas las áreas destinadas a las pruebas de satélites en el Centro Europeo para la Investigación y Tecnología Espaciales (ESTEC, por sus siglas en inglés) son más limpias que un quirófano de hospital; por esa razón se les denomina "salas blancas".
Una sala blanca es un área en la cual el aire contiene muy pocas partículas de polvo. Puesto que no hay polvo en el espacio exterior, es importante que tampoco haya polvo durante los trabajos de ensamblaje y las pruebas. Una mota de polvo en un interruptor o en un circuito puede provocar el fallo de la nave espacial. El polvo en los espejos o en las lentes de las cámaras puede cegar literalmente al satélite y, por tanto, es preciso evitarlo.
Todo el aire en las salas blancas pasa por filtros que eliminan la mayor cantidad posible de polvo, pero estas medidas por sí solas no son suficientes.
Todas las personas que van a entrar en la sala blanca deben pasar primero por una alfombrilla pegajosa para eliminar el sucio de sus zapatos.
Seguidamente se ponen un traje aislante llamado 'traje de conejo' libre de polvo, se colocan cubiertas elásticas en la cabeza y los zapatos, y por último, se ponen guantes y una máscara facial.
Asimismo, en las salas blancas la humedad, es decir, la cantidad de agua presente en el aire, se mantiene a niveles relativamente bajos y la temperatura cercana a 20°C.
Una característica muy útil del Centro de Pruebas de la ESA es la intercomunicación física de las salas blancas. De esa forma los satélites pueden trasladarse fácilmente a diferentes áreas de pruebas, sin tener que introducirlos en contenedores y correr el riesgo de que se contaminen con polvo.
Última modificación 12 octubre 2011