Más allá de la Tierra
La mayoría de las naves espaciales se colocan en órbitas alrededor de la Tierra, pero esas órbitas no son siempre el lugar óptimo para que los satélites científicos puedan explorar las regiones distantes del Universo.
El Telescopio Espacial Hubble sigue una órbita circular a 600 km sobre la Tierra, con una inclinación de 28,5° respecto al ecuador. Esta órbita en torno a la Tierra facilita la reparación y el mantenimiento del observatorio. Sin embargo, la Tierra y la Luna bloquean su visión de gran parte de los cielos en esa ubicación.
El telescopio que reemplazará al Hubble, el Telescopio Espacial James Webb, operará desde una distancia mucho mayor. En efecto, será colocado en una órbita estable en el llamado punto Lagrange L2 a 1,5 millones de kilómetros en el lado nocturno de la Tierra.
El L2 es uno de los cinco 'puntos Lagrange' de nuestro planeta. En esos puntos, las fuerzas de gravedad de la Tierra, la Luna y el Sol se equilibran mutuamente; por tanto, es fácil mantener un satélite orbitando en la misma posición.
Otros satélites, como el observatorio SOHO de la ESA, deben orbitar de cara al Sol todo el tiempo. Este observatorio está situado en el punto Lagrange L1 a 1,5 millones de km en dirección al Sol desde la Tierra.
Puesto que la fuerza de atracción gravitacional de la Tierra y la del Sol se equilibran en el punto L1, el observatorio SOHO puede mantenerse orbitando continuamente entre ambos astros sin consumir una gran cantidad de combustible.
Última modificación 12 octubre 2011