Estamos perdiendo la capa de ozono
¿Alguna vez has sufrido quemaduras de sol? Estas quemaduras de la piel son causadas por la luz ultravioleta (UV) del Sol. Las quemaduras graves no sólo son dolorosas sino que también pueden causar cáncer de piel.
Por fortuna, casi toda la radiación ultravioleta nociva es absorbida por una capa gaseosa de ozono situada entre 20 y 50 km sobre la Tierra. Sin embargo, el ozono es una forma de oxígeno que puede ser destruida fácilmente por ciertas sustancias químicas fabricadas por el hombre.
En 1987, los principales países industrializados acordaron la eliminación progresiva de dichos químicos. A pesar de ello, los satélites han demostrado que la capa de ozono ha seguido reduciéndose sobre la Antártida. El agujero de ozono alcanzó un tamaño récord en 2000, cuando abarcó casi 30 millones de kilómetros cuadrados, que es el tamaño aproximado de Norteamérica. En 2006, la atmósfera perdió una cantidad aún mayor de ozono, a pesar de que el agujero era ligeramente más pequeño.
También han aparecido agujeros de ozono más pequeños sobre el Ártico. Dichos agujeros permiten el paso de mayor cantidad de luz ultravioleta hacia las zonas densamente pobladas de Europa.
Los satélites de la ESA, como el MetOp y el Envisat, desempeñan un papel fundamental en los estudios sobre el agujero de ozono. Permiten a los científicos supervisar el tamaño del agujero y conocer mejor las causas de su crecimiento o disminución.
El primer satélite meteorológico europeo de órbita polar, el MetOp-A, lleva a bordo un avanzado instrumento de monitorización del ozono. El Envisat lleva tres instrumentos capaces de estudiar el ozono y los contaminantes que lo atacan en la atmósfera superior.
Última modificación 12 enero 2011